Falsos amigos /

Querido Kirmen Uribe

Querido Kirmen Uribe

06 Febbraio 2023 Antonio Fiorella
Antonio Fiorella
Antonio Fiorella
share
Querido Kirmen Uribe, valioso abordaje del conjunto pero no puedes dejar incompleta tu investigación sobre Rosika Schwimmer: un libro que hunde sus raíces en el pasado, que traza los surcos de vidas paralelas en el presente, que construye terraplenes para defender el euskera y puentes para testimonio del anhelo de paz de muchas personas que han permanecido en la sombra, carece de pasajes significativos, al menos insinuados, del mismo pasado y de tu propio presente.

Seguramente, responderás, La vida anterior de los delfines desde el título se presenta como una novela y no como un ensayo. El objetivo de la búsqueda y travesía del Atlántico se ha logrado: disipar el olvido sobre mujeres y personajes que lucharon por la paz. Amén. Pero la historia continúa. Naciones no alineadas también han tomado partido. La historia de hoy no ve la reinvención de idénticos movimientos (feministas y otros) del pasado en las calles para detener guerras declaradas y no declaradas. El ciudadano se reencuentra impotente, confinado en el amor propio cuando es reconocido por el movimiento de la cola de su mascota. ¡Qué absurdo! La escalada de armas en los campos de batalla y las hostilidades conducen a la destrucción total. Todo el mundo parece ser consciente de eso, pero no se ven signos de arrepentimiento en el horizonte. Por el contrario, se intensifican las oleadas de propaganda que se hacen pasar por noticia, a falta de antecedentes y de las debidas consecuencias. Las técnicas de ingeniería social para manipular a las masas siempre están en funcionamiento. En transformación y más sofisticadas. La subyugación está en constante cambio de bandera. Una vez los derechos humanos, luego los derechos más específicos de mujeres, gay o trans, luego nuevamente la campaña contra el racismo, el cambio climático. En otra ronda, pasa a primer plano la salvaguarda de mares y bosques, y/o de especies de mares y bosques en peligro de extinción; mientras que los derechos de los aborígenes que habitan los bosques y de los beduinos que surcan los desiertos ahora están perdidos. Mientras tanto, se ha arrebatado la bandera arcoíris de la paz para identificar la libertad de género. La reivindicación de esta libertad es justa. Pero no a expensas de un bien mayor que es la convivencia de los pueblos. ¡Y cuando una libertad esconde otra, nunca es buena señal! El prestidigitador despliega el hechizo pero rara vez revela sus artificios, o lo hace sólo cuando ha ideado otros aún más herméticos.

En su prosa se fusionan magistralmente la mitología y la poesía, el amor y la custodia de las tradiciones, con especial atención a las vidas convulsas, muchas veces vencidas pero indomables. Sin embargo, las mismas páginas denuncian otra cosa. Son como agujeros negros por descubrir e interpretar. ¿Cómo pudo ocurrir que a la persona, Rosika Schwimmer, que refleja los valores de un continente (que se erige como tierra de acogida para refugiados de todo el mundo), según un juez de la Corte Suprema, se le negara la ciudadanía?

Queridos amigos de Uribe, ¿cómo podemos aceptar la omisión total de los hechos posteriores al hundimiento del barco de la paz y la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial? ¿Ni siquiera una pista de los hechos que llevaron a su participación? ¿Deberíamos realmente pensar con Elias Canetti que la conformación de un pueblo (o más bien un crisol de personas), estratificado en la conquista violenta de nuevos territorios, simplemente no cambia? De hecho, desde las crónicas diarias hasta los eventos internacionales, desde el deporte hasta el cine, la historia de EE. UU. se desarrolla en una sucesión de enfrentamientos extremos y hostiles, incluso de choques armados galácticos. La pantalla salvadora del relato hipócrita (de la decisiva intervención al final de la primera y segunda guerra mundial, de las posteriores incursiones humanitarias, de las ONG y de los grandilocuentes organismos internacionales) sigue siendo insuficiente para redimir el siglo de la dominación hegemónica a expensas de los demás pueblos del globo. La Doctrina Monroe (1822) “América para los americanos” contenía de raíz esa mezcla de ambigüedades que llevó a Estados Unidos a intervenir en los territorios de las Américas, y a partir de la Segunda guerra mundial a someter y condicionar al resto del planeta. Ningún tribunal nacional o internacional se atreverá jamás a investigar, y mucho menos enumerar o estimar las víctimas causadas por la continuación de esta hegemonía mientras el dominio aliado se cierne sobre los respectivos países.

Pero aquí me gustaría llamar la atención sobre la ominosa agenda, nunca mencionada, de los poderosos. Hay fuerzas, ausentes en el libro y ocultas a las masas en la vida real, capaces de conducir, como rebaños pastando, a las personas al exterminio mutuo. Para el escritor militante hay materia de investigación, ardiente como material de lava humeante, la de escudriñar la dinámica de la fábrica de consentimiento y describir sus rituales y subterfugios. Destacar cui prodest. Y tal vez, como glosa del nuevo camino narrativo, regalar al lector las inocentes e incomparables observaciones de Ane y Unai.

Gracias.

comments powered by Disqus

Sei alla ricerca di uno sviluppatore?

Cerca nel nostro database